Quedan dos minutos para empezar el directo de TeA y mis sensaciones de esperador me dicen que será muy especial. No digo más, no te lo pierdas. Yo espero, como siempre, sin desesperar.
La llamada del misterio nos ha fallado. Más tarde podrá ser. Qué curioso las cosas que pasan en el mundo, de lo bueno a lo peor. Como para no dar crédito. Son las antinoticias o derivados. Lo bueno es compartir todo juntos. Y seguimos, ¿nos sigues?
Los jóvenes merecen educarse bien y conforme a ellos mismos. Por eso nos gusta conocer historias como el programa de cualificación inicial. La charla siempre es interesante por mucho que estuvieran más que nerviosas. Al final parecieron contentas.
Después qué bueno es el sentirse querido y el querer. Por eso conectar con Leticia Mena, a la tercera, ha sido emocionante. Como descubrir la cocina en red de una fantástica Laura Bahamontes, que agradecida nos trajo un plato rico no, lo siguiente. Como la cercanía en la distancia de una Raquel única, desde la luminosa Valencia. Qué grande es el acompañarse bien. Más y mejor.
Pese a dudas y prisas de quita y pón, llegaron los invitados culturales: baile moderno, cine comprometido en cortaficción y arte subido a una nave espacial y especial. La premura del tiempo da poco de sí, pero los discursos siempre fluyen. Como las tendencias que Marián bien contó desde Cádiz, como chicuca de honor. Con fin de palabras, de compromisos, tolerancias, mañanas bien encaminadas y visiones de lo bueno, bonito y palabro. Siempre fiel, siempre TeA.
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