El calor fue hoy protagonista por esperado, como nuestro programa. Y eso que cada tarde bastante tenemos con sufrir el de los focos. Pero parece que somos un poco de dolor non stop y nos dimos una sesión de larga duración. Aunque cuando las gentes y sus palabras dan sentido al sufrimiento, éste parece y daña menos.
Hay días en que uno quisiera esperar sin ser esperado, pero los compromisos están para cumplirlos y está feo desaparecer sin excusas ni un doble que supla la apatía. Así que toca un ejercicio de yoísmo complejo, bien medido entre entes ajenos. Y noticias de pelajes varios que nos hacen llevarnos las manos a la cabeza o al estómago. Sin fin.
Hablar de mujeres, que lo son en todas sus dimensiones, y que reivindican el papel de las amas de casa siempre merece una alfombra roja. Por mucho que la nuestra sea roja con puntos acolorados. Saber que la igualdad va más allá de leyes y que precisa realidades está en nuestra entendedera pero no tiene correlación en la verdad de las vidas, por eso no hay que cansarse de reiterarlo... Lo hicimos y pese a ser una entrevista de tú a tú, quedó más que aceptable. Por mucho que la temperatura ya no diera tregua.
Más. Interesante comprobar que los invitados sin supuesta conexión previa se conocen y se sorprenden de sí mismos en plató. Da gusto o quizá disgustos, a ellos, me refiero. Y es que desde la mesa casi todo se ve. Aunque no pude sentir el placer de entrar en sintonía con mi yo profundo a través de una técnica como la Eutonía, que ayuda a recolocar músculos y tensiones en ellos. Nunca te acostarás sin saber una cosa más. Con charla calmada y dudas por resolver.
Siguiendo con nuestra corriente calurosa dos jóvenes con ánimo de calor de palabras, Juan e Irene, que ejemplificaron que nuestra juventud no es una siesa de genérico y que puede hablar de emprendedores y machismo rancio sin caerse anillos ni lágrimas, aunque alguna sea necesaria ante tremendas realidades por arrancar de raíz. Pero el buen diálogo entre perfectos desconocidos justifica estas tertulias reposadas, lejos de freakismos ni politiqueos de tres al cuarto.
Y el cierre palabreríntico, donde entre otras aparecieron destino, amante, sabor... Para parafrasear sin límites. Soportando el focazo y el calor de un directo directísimo. No sé si al corazón, esperamos que a la razón...
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