Pepito (grillo) catódico

Universo paralelo, que no paralelos aunque entendamos y asumamos la diferencia en toda índole, el que dio sentido a la noche esperadora. Porque no sólo vivimos de actualidad y comentarios ácidos de lo insólito de la inmundicia, sino que nos dejamos llevar por el mundo atrapador de la moda. Y es que nos visitó o visitamos una tienda que es algo más. La genial Pepita Pulgarcita con su alma mater la estupenda Sonia Teijido al frente. No vino sola, su Pepito particular y su Pepe perruno en miniatura nos dieron calor en la noche. Vimos parte de las nuevas colecciones de moda insólita y singular, de sus complementos tan apreciados, los prestigiosos broches curiosísimos, los juegos de bolsos... Todo colorista, buenrrollista, talentoso, joven, fresco... Imprescindibles.

Lo fue también el musicólogo y buen amigo rítmico Marcos Bárcena. No para y cada proyecto o actuación en la que se embarca es todo un éxito. Ha estado en Madrid con llenos en solitario, hará lo propio este fin de semana en Santander con sendas actuaciones en el Woodstock (viernes, 21.30 horas) y el Rincón de Lucía (sábado, 23 horas) y para más inri folkie está enfrascado en una grabación con Trébole. Tuvimos hasta tiempo de rememorar su actuación en Voces Por Palestia, el festival que tanto dio de sí y donde él mismo actuó bien acompañado desde lo más hondo del corazón. Gracias maestro folk.

Una insólita tertulia en Modismos puso el cierre a la noche. Lo que se antojaba como una crítica pormenorizada a la pasarella Cibeles y sus diseñadores quedó bastante disipado porque unir en un plató a la ex modelo y sabia tendenciosa Mariela Cantoli, el estilista Miguel Rincón y el crítico fashion José Luis Callejo, implica que se van a tratar muchos temas con fruicción. Pero es un lujo hablar de comercio, estilismos, de cabellos, de políticos, todo en nuestra cocktelera esperadora. La misma que agitamos cada noche y servimos bien fría. Que el calor es patrimonio de plató y los focos traicioneros. Al menos por unas horas nos libramos de ellos, pero los sufriremos de nuevo por el placer de reencontrarnos...