Algunas segundas (y femeninas) partes son buenas

Pese a que los duendes de la tele quisieron jugarnos una mala pasada pudimos servir el segundo TEA bien caliente, más que nada por el calor de un plató en ebullición. Y nada que ver con contenidos que suban la temperatura, no... Pero nos saltamos el precepto británico por causas ajenas a nuestra voluntad y tratamos de subsanarlo dándolo todo y comprimiendo cada sección...

Siempre es genial rodearse de sapiencia y reflexionar de las ciudadanías y sus tentáculos. Hoy fue la igualdad y la diversidad, conceptos que nos conforman y que nos encaminan a la tolerancia. Esa palabra que debe ir de la mano del respeto como nos contaron las expertas o más Mercedes y Perla. Dos joyas que contaron y ejemplificaron la necesidad de la pedagogía. Algo tan poco visible en la caja poco lista.

Y siguiendo con la pléyede en femenino llegó la luz, y no por la compañera de Aquí de igual nombre y apellido numeral (10), sino con Ruth, la observadora infinita que me subió a la bici y me llevó a mis veranos palentinos de aventuras en una bici con ruedines. Fue curioso e interesante el estreno de su espacio, De Aquí y de Allá, que nos presentará tendencias y estilos de vida con su particular sello... Y yo me lo pido. Más cuando me trae de público a otra 'esperadora' que mañana (o hoy, miércoles, según leas) se lanzará al estrellato y calzada no, bien calzada...

Y calzadísimas, de lujo, llegaron mis Mujeres Esperadas. En el estreno una Miss de altura, Sandra Veiga, y una periodista amiga y glamourosa que no se queda atrás, Olga Agüero, con las que diseccioné la verdad del machismo rancio, la penalización de la ambición femenina, las cuestions de bajas maternales, el efecto Carmen Chacón y hasta las penurias del bótox... ¡Peligro, sin expresión!

Aunque tranquilidad en el ambiente que expresiones de las buenas nos sobran y ya estamos calentando el agua para ofrecer el próximo TEA. De todo y para todos. Esperados, desesperados y silenciados.

Gracias por el seguimiento, comentarios, correos, mensajes y cariños que esperados o no siempre producen una sensación de que todo TEA tiene sentido.